lunes, 9 de enero de 2012

Empoderar

A veces y sólo a veces, el mundo en el que vivo, me decepciona. Y lo que es peor, su gente. 
Frente al mistral, rudo, soberbio, fuerte y cabrón, sigo encarando mi posición de viento a favor.
Sigo creyendo que hay, tiene que haber, un espacio en este mundo para la amabilidad, el honor, la dignidad... y pienso que es a través de las palabras, del poder de las palabras, llegar a ese espacio. 
Dar poder es maravilloso, pero las personas se muestran inseguras, insatisfechas, en "desventaja" ¿de qué?, y no permiten al otro mejorar, darle poder para ser mejor. 
Veo, observo, y me enfurezco, me irrito y me abato. Me paralizo, y desaparezco, pero esta no es mi naturaleza, yo, sigo buscando los espacios de poder. A través de las palabras, que son gratis en tiempo de crisis. A través de los gestos y la mirada, si me siento generosa. 


Crisis en occidente tiene una connotación negativa, en cambio en la cultura oriental, crisis significa oportunidad de cambio. Es más, no puede haber cambio si no hay una crisis precursora que lo motive. 

Pero observo en los medios de comunicación, cómo personas con mucho poder, hacen un uso deshonesto del mismo, aprovechándose de las personas en situación de necesidad. A modo de ofertas comerciales que son una estafa, a modo de desahucio inmoral, a modo de engaño económico y/o laboral, manipulando datos (objetivos) y poniendo al necesitado en una situación de miedo y con el mismo, de sometimiento al poder de los demás. 

En esta época de crisis más que nunca, necesitamos rescatar nuestro poder. 



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